Soy gordita y después del bullying me acepto tal y como soy.

Hola Kika esta posiblemente sea la primera vez que te mande un correo así. Pues quería compartir contigo mi historia con el bullying y el rechazo que tuve y he sufrido por parte de muchas personas desde mi niñez.

Desde que era muy chiquita yo siempre he sido gordita y no es porque yo como hasta atragantarme sino porque mi cuerpo es así y desde que estaba en segundo de primaria me llamaban ballena o vaca o tragona y gorda asquerosa, cosas muy feas que se me quedaron grabadas y eso me afecto desde pequeña. A medida que el tiempo paso como en cuarto de primaria esto siguió ocurriendo y en ese momento tomé la decisión d uno dejar de comer y la otra volverme agresiva y si me empecé a portar de una manera agresiva para que no me dijeran nada y no se burlaran, pero empeoro. Ahora ya no solo me decían gorda y apodos feos sino marimacha y así. Tanto fue que me empecé a cortar mis piernas.

A mis 12 años salí de mi último año de primaria y entre a estudiar básicos en una institución cristiana (gracias a Dios). Cuando entre yo seguía siendo gordita y tan solo eran 2 chicas las que me molestaban, pero me seguía sintiendo mal y cortándome las piernas por ser así. Pero un chico que es como mi hermano que lo amo con todo mi corazón, se dio cuenta de lo que le hacía a mi cuerpo y hablo con el director y ambos hablaron conmigo y gracias a Dios me ayudaron a darme cuenta que me tenía que amar como yo soy.

Desde entonces avancé mucho y dejé de cortarme, aunque el dolor de esas palabras que me repitieron por años aún estaban y no sabía que hacer. Yo llore mucho en ese año tratando de sacar todo lo que me había aguardado. Por otra parte, mis papas no sabían mucho de esto pues yo nunca les decía nada de lo que los demás me decían y por su trabajo no se enteraban de mucho. Pero Gracias a Dios logré superar eso y aunque aún hay personas que me dicen cosas feas me di cuenta que tu cuerpo es eso tú cuerpo y tú eres el que lo tiene que amar y aceptarlo como es. Hoy tengo 16 años y sigo siendo gordita, pero me amo y me acepto ahora tal como soy porque Dios me hizo así y así me amo.  Y si alguien más vivió algo como esto o lo vive solo tiene que aceptarse a el mismo porque si no llega a acumular demasiado odio hacia sí mismo y a los demás.